Después de un recorrido exigente, nuestro camper merece que le dediquemos unos minutos para asegurarnos que tanto la base mecánica como la célula observan un buen estado para afrontar la siguiente etapa del viaje.

Esta inspección y las tareas de mantenimiento que se deriven dependerán en gran medida del entorno, tipos de suelos transitados y la temperatura ambiental como factores más influyentes no atribuibles al conductor, a la postre el agente más determinante en la longevidad de un vehículo. Obviando el tipo de conducción practicada, cuya concreción y descripción reviste el riesgo de resultar abstracta en sus consecuencias, pero suponiendo que todos tratamos de aplicar una conducción razonable, detallamos de la forma más simplificada posible los procedimientos de actuación en el mantenimiento cotidiano y preventivo de nuestro camper, particularmente durante un viaje off road. Algunas indicaciones resultarán muy familiares, otras quizás no tanto y algunas más guardan estrecha relación con los artículos sobre mantenimiento preventivo -base mecánica y célula- publicados con anterioridad en este mismo site, detallados al final de este post y cuya lectura sugerimos para “tener la foto completa”. Con un poquito de hábito, 15/20 minutos bastarán para asegurarnos que todo está en orden.

Primero de todo, asentados para la pernocta y antes de limpiar nada si sentimos la necesidad de hacerlo (luego hablaremos de los casos donde es obligado esta acción), se impone una inspección ocular de todo el conjunto; de abajo hacia arriba, de izquierda a derecha. Conviene seguir un orden durante el reconocimiento, aunque tengamos focalizada una incidencia; ya le llegará el turno. Buscamos señales como fugas o supuraciones de líquidos, fluidos o grasas de las que hablábamos en notas anteriores y que pueden evidenciar alguna anomalía. Si detectamos alguna, la limpiaremos lo mejor que podamos y volveremos a revisar ese punto a la jornada siguiente, por si vuelve a aparecer. Si así fuera y no sabemos solucionar la causa, será aconsejable acudir a algún taller de paso para evaluar la incidencia.

         

Una observación: en el sistema de frenos, la más mínima supuración del líquido en la bomba, latiguillos o bombines o indicio de pastillas / mordazas bajas, es alerta roja.

          

         

También es el momento de escrutar el origen de aquellos ruidos que hayamos podido escuchar en marcha y que ahora, con más calma, trataremos de solventar caso de no haberlo hecho en la pista. Durante esta inspección de rutina, también verificaremos la alineación de las marcas de típex que hayamos realizado en las fijaciones de las transmisiones, suspensión y otros anclajes. Proseguiremos como el amarre de la carga externa transportada y la correcta sujeción de elementos y soportes existentes -porta bicis, planchas, bidones, etc.- y componentes de la carrocería sensibles al traqueteo como pasos de ruedas, molduras, calandra o la tornillería de las puertas, con particular atención a las de la célula si los tramos de ripio grueso o pedregales han sido frecuentes.

          

Obviamente, el énfasis de la inspección en los componentes del chasis, la carrocería, las transmisiones o del motor dependerá de las condiciones de marcha del día y las que prevemos para la jornada siguiente. Por ejemplo, si hemos transitado por tramos de barro abundante, tendremos que ser minuciosos en la inspección del tren rodante, vigilando que no se haya acumulado en las llantas, pues provocarían desagradables vibraciones en marcha. Así mismo, las protecciones deben encontrarse limpias de lodos para permitir el flujo del aire al igual que el conjunto de radiadores, -atención a la bases- y de las transmisiones, caja de cambios y transfer y sus respectivos vaporizadores. En casos severos de negociación de zonas de barro, es aconsejable fijarse en los frenos de disco; si son ventilados, que las ranuras u orificios no estén obstruidos. Y también, bajo este supuesto, echarle un vistazo al alternador. Normalmente suele estar a resguardo de este tipo de inclemencias, pero dado que hemos registrado casos de gripaje o disfunciones por causa de acumulación de lodos, señalamos la necesidad de echar un vistazo.

De los equipos de la célula, supervisar la toma de aire y la salida de gases del equipo de calefacción, así como los orificios de ventilación del compartimento de la(s) bombona(s) de gas.

Otro caso de obligada limpieza sobreviene tras la circulación por sistemas salinos, particularmente los andinos y, en menor medida, algunas cuencas australianas, del Sahel y del Asia central. La composición de las sales de estos parajes singulares -con abundancia de cloruros y sulfatos de sodio- es tremendamente agresiva con la mecánica; abrasa todo tipo de superficies férricas y no respeta canalización alguna. Durante la época de lluvias -verano austral- cuando las trazas a seguir están recubiertas de agua, las soluciones salinas que se proyectan sobre el vehículo aún son más dañinas, pues actúan como la arcilla licuada, abrazándose a cárteres, bloques de motor y radiadores impidiendo su refrigeración. Recordad el Dakar y algunos episodios de sobrecalentamiento de motores…

          

Los conductores habituales del Salar de Uyuni o de El Hombre Muerto tienen por costumbre limpiar diariamente sus vehículos e incluso, tras una buena sesión de agua a presión, rocían con aceite los bajos de éstos para impedir que la sal pueda prenderse durante el próximo trayecto. Podeis tener la certeza que las consecuencias de toda una temporada invernal de la sal que se echa en carreteras europeas son una caricatura de las producidas en tan sola una jornada de circulación por los salares andinos. Palabra de overlander¡¡

          

Bien, proseguimos. Si el protagonista ha sido el ripio grueso y los obstáculos en relieve con piedra abundante, además de validar los comentarios anteriores sobre fijaciones de la carrocería, puertas y visualización del marcaje de anclajes y tornillería en general, hay que detenerse ante los neumáticos, escudriñando cortes severos, hernias o pinzamientos en sus flancos que puedan suscitar alguna alarma. Y también, como atención especial, fijarse en los componentes de la dirección, con especial atención a las rótulas y homocinéticas, inspeccionando posibles grietas en los guardapolvos o fuelles, que no estén rotos ni agrietados y que no tengan fugas de grasa. Ah, un indicio sobre su estado consiste en verificar que no se producen ruidos al salir en primera y segunda con la dirección vuelta a un lado o al otro. Si se aprecian, quiere decir que la transmisión o la cruceta del palier estaría llegando al final de su vida útil.

          

Esto último vale también para coches con eje rígido en el tren delantero. Si notáramos pequeñas sacudidas en fase de recuperación con una relación intermedia, la causa más probable resida en unos silent blocs fatigados de la caja de transferencia y que conviene reemplazar. Si fueran vibraciones y zumbidos regulares, podría pensarse en holguras en los cardanes y/o crucetas. Mecánico a la vista… Y un chiflido intermitente e intensidad variable según la carga aplicada al motor, dicho con toda la prudencia posible, apuntaría a la caja de cambios, a algún cojinete o retén. En este último caso, una medida paliativa consiste en añadir algún aditivo específico y esperar que, con el paso de los kilómetros, el producto haga su efecto.

          

Los anclajes de la suspensión -amortiguadores, en primera instancia- son otra estación de paso preferente. Por último, quedará visualizar el estado de los silent blocs de la línea de escape, conjunto de transmisiones/motor y, repitiéndome, de los amortiguadores.

En los equipos relacionados con la célula, supervisar las bases de apoyo / fijación y conexiones de las baterías de servicio, nevera, boiler y mesa.

En ambientes de temperaturas elevadas, la amortiguación suele ser el componente más sufrido. No es raro que al final del día o en las horas más cálidas notemos una merma en su rendimiento. Suele ser producto del calor y al enfriarse vuelven a rendir correctamente, pero no está de más comprobar su funcionamiento. En los campers ligeros o de formato medio no resultará difícil; debemos presionar con fuerza sobre el paso de rueda correspondiente y dejar que la amortiguación trabaje. La carrocería ha de subir a su posición inicial sin rebotes. En los más pesados, en frío, debemos aprovechar algún cruce de puentes ligero para apreciar la frecuencia del bamboleo. En cualquier caso, si algún amortiguador presenta señales de fugas o supuraciones de aceite, habrá que ir pensando en su reemplazo si no es posible la reparación.

Si nuestro camper equipa barras de torsión es muy posible que, al cabo de tres o cuatro días de travesía, notemos que el morro anda más bajito. No es una sensación. En circunstancias de máxima demanda, las barras de torsión suelen ceder. Cualquier mecánico local puede reglarlas a sus cotas iniciales. Incluso nosotros mismos, si antes de la partida hemos aprendido y practicado sobre ellas. La intervención puede llevarnos entre 30 /45 minutos.

          

Por último, nos queda abrir el capot y echar un vistazo al motor y elementos asociados preventivos para su salud, como los filtros, sean de aire o de combustible, incluidos los de la calefacción. Al ser consumibles esenciales -y baratos- para la prevención de averías, no es inteligente especular sobre su estado. Los periodos de sustitución preconizados por el constructor pueden acortarse drásticamente en función de las condiciones diarias y reiteradas de marcha (ambientes polvorientos) o de la calidad del combustible. De costumbre, no lleva más de cinco minutos inspeccionar el filtro de aire del motor, así como el chequeo de los pre filtros de combustible del motor y del sistema de calefacción. Otros cinco más si consideramos que hay que hacer alguna limpieza en el caso del aire -recordar, de dentro hacia afuera-, o drenaje o sustitución por colmatación en los pre filtros de los circuitos de combustible del motor y de la calefacción.

Huelga decir que la revista ocular debe ampliarse a los niveles de todos los depósitos de líquidos y fluidos y sujeción de las baterías y sus bornes de conexión.

En caso de observar alguna fuga, proceder como dijimos anteriormente, limpiarla y revisarla en jornadas venideras para ver si vuelve a aparecer Si fuera así, visita al taller. También es bueno escuchar atentamente el motor, tanto en frío como en caliente; cualquier ruido no familiar puede ser un indicio valioso para el mecánico durante una revisión.

Ah¡, pensado en el día siguiente, verificar /adecuar las presiones de los neumáticos, también los de repuesto y también, como rutina diaria, hay que mantener limpios los paneles solares para asegurar su eficiencia energética.

Consideraciones adicionales:

La vida útil media de un camper ronda los 15/18 años, pero con un poco de atención por nuestra parte, puede durar aún más.  Algunas sugerencias para conseguirlo… e ir más allá.

a) Limpiarlo con frecuencia.- La suciedad y la acumulación de depósitos acaban estropeando y dificultando el buen rendimiento de cualquier vehículo. Sobre los efectos de la sal y el barro y su poder refractario ya hemos comentado las consecuencias, pero las heces de los pájaros también son perjudiciales, contienen ácido úrico que se comen la pintura y dejan marcas descoloridas. Quítalas cuanto antes con agua abundante. Por carreteras en obras; el alquitrán no estropea tanto, pero es más complicado eliminarlo (frotar con un paño empapado con aceite vegetal). La resina de los pinos tampoco se lleva bien con la carrocería. Como remedios, están el agua caliente a presión o la aplicación de aceite de oliva, como en el caso del alquitrán. Y, por último, mima su interior. Haz bueno el dicho “de que las cosas entran por la vista”.

b) Mímalo.- Un buen mantenimiento es la piedra angular de la longevidad de nuestro camper/motorhome o AC. Ya hemos abordado esa cuestión en otros escritos. No esperes al kilometraje formal de las revisiones si observas cualquier supuración de fluidos y tampoco dudes en acortar las inspecciones tanto si lo usas poco, como si lo has sometido a un trato exigente. En este sentido, considera sustituir el aceite del motor -y filtro correspondiente- cada 15.000 km o anualmente, lo que suceda antes. es muy recomendable, especialmente en los vehíuclos provistos de DPF -filtro de partículas-  utilizar productos con especificaciones ACEA2 Low SAPS, bajos en cenizas. Para el conjunto de las transmisiones -cambio, transfer, diferenciales, bloqueadores, etc.- y dirección, no te estires más allá de los 25/30.000 km. Similar comentario para el circuito de frenos.

Por cierto, si frecuentas ambientes poco limpios y de combustibles poco refinados, se muy escrupuloso con los filtros de combustible. Mientras no puedas proceder a una limpieza cuidadosa, con o sin la ayuda de aditivos para tal fin, (o sustitución) no apures el depósito(s) y mantelo(s) lleno(s) para evitar la succión de impurezas.

Y como compendio de todo, a la vuelta de un largo viaje o de cara a un estacionamiento prolongado, piensa en una operación global de sustitución de todos los fluidos y reemplazo de filtros, inspección de tornillería, engrase y limpieza generales.

c) Practica una conducción razonable.- Una conducción  respetuosa alargará la vida útil del camper, ahorrará dinero y dañará menos el entorno. Por ejemplo, las aceleraciones en frío aceleran el desgaste de las piezas móviles del motor y son tan perjudiciales como las paradas bruscas tras largos periodos de cargas de trabajo o fuertes solicitudes. Por ello es tan conveniente dejar que el motor adquiera temperatura unos minutos antes de ponernos en marcha o, en su defecto, hacerlo de forma progresiva para evitar los estragos de una falta de lubricación en frío (en especial en el turbo compresor) como dejarlo unos instantes en funcionamiento antes de pararlo para que siga fluyendo aceite por el circuito de engrase del turbo para evitar signos de gripaje. Igualmente, debemos ser suaves con el uso del gas y de los frenos; las aceleraciones y frenadas bruscas evitables ponen bajo presión las transmisiones y los componentes del chasis más implicados (frenos y ruedas).

          

  • Otras sugerencias:
  • – Evita estacionar en una zona de rastrojo o vegetación tras una circulación prolongada: el contacto del catalizador o del tubo de escape con las zonas secas del monte pueden provocar un incendio.
  • – El uso del talco mantiene la elasticidad y flexibilidad de todo componente con base de caucho: correas, perfiles de puertas, techos elevables, molduras, juntas de estanqueidad y fuelles de homocinéticas, etc.
  • – La limpieza o regeneración de los dispositivos anti contaminantes que pueda equipar nuestro camper (filtro DPF, EGR, etc.) es cosa de profesionales, pero -aditivos al margen que puedan existir- está en nuestra mano alargar los intervalos de limpieza en el taller o prolongar su vida útil. Una práctica sencilla consiste en cubrir una distancia de 15/20 km en una relación intermedia a un régimen alto de vueltas de forma sostenida.  Podemos realizarla cada 5.000 km o después de un tránsito/estancia por zonas de máxima altitud (Altiplano, por ejemplo), circulación a bajas vueltas y empleo de carburantes de calidad dudosa o altos en azufre.
  • – En relación con el apunte anterior, para las calefacciones y cocinas de gasoil conviene aplicar una actuación similar: activar a la máxima potencia los sistemas durante una hora aproximadamente para limpiar los quemadores y bujías de carbonilla.
  • – Evitad conducir en las horas de máxima calor; además de incómodo para el pasaje y el calentamiento progresivo de la célula, la mecánica se ve sometida a un estrés por las altas temperaturas de trabajo.

          

CHECKLIST: Dedícale unos minutos..

  • Motor
  • Visualización niveles de aceite y depósitos de agua (vaso expansión), limpias, combustible, dirección, frenos, embrague (rutina diaria)
  • Soportes motor y auxiliares (alternador y bomba de agua) (inspección mensual, de costumbre)
  • Fugas, sudoraciones en juntas (rutina diaria)
  • Equipo de refrigeración, sujeción y limpieza de radiadores, conductos y juntas (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Filtros aire, aceite, combustible (mensual, dependiente del servicio)
  • Comprobación estado de correas (inspección mensual, de costumbre)
  • Transmisiones
  • Valvulinas: niveles y estado (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Holguras, ruidos, vibraciones en cardanes y crucetas. Estado de silent blocs ¿? (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Limpieza vaporizadores (inspección mensual, de costumbre)
  • Control de los bloqueadores y unidad de mando (inspección mensual o dependiendo del servicio)
  • Estado y engrase de rótulas y articulaciones ¿grietas en los guardapolvos o fundas? (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Suspensiones y ruedas
  • Estado de elemento elástico –muelle, ballesta, barra de torsión- ruidos y holguras (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Estado y anclajes y silent blocs de los amortiguadores ¿fugas? (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Aspecto y presiones de los neumáticos (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Limpieza llantas y frenos (inspección mensual o dependiendo del servicio)
  • Estado frenos ¿desgaste, supuraciones o fugas de líquido en el circuito? (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Sistema eléctrico
  • Batería; sujeciones, carga, ¿líquido? (inspección mensual o dependiendo del servicio)
  • Limpieza alternador y conexiones (inspección mensual o dependiendo del servicio)
  • Iluminación y señalización (inspección mensual, de costumbre)
  • Sistemas auxiliares (inspección mensual, de costumbre)
  • Carrocería, protecciones y equipo rescate:
  • Cerraduras, anclajes capot y portón trasero (inspección mensual, de costumbre)
  • Fijaciones y limpieza de protecciones (inspección visual diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Fijación de los parachoques, faldones y accesorios varios (inspección diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Amarre equipaje (inspección diaria o semanal, dependiendo del servicio)
  • Cabrestante (terminales y pilas mando distancia) y material de rescate (planchas, etc) (inspección mensual, de costumbre o dependiendo del servicio)

Salud y buena ruta a tod@s. Por Chema Huete

Colaboran: Bivac CamperCampercat4x4DiscoverLandERG 4×4Garaje MartínezGi4by4MichelinNémesis4x4Tallers L. Sanz y Uro Camper

          

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